Julio César Martínez conquistó el campeonato mundial de peso mosca del WBC el viernes en Phoenix, Arizona, y lo hizo de manera contundente, al noquear en ocho asaltos a un duro peleador nicaragüense: Cristofer Rosales.
Martínez ganó la oportunidad de disputar el título al noquear al británico Andrew Selby en cuatro rounds, en una eliminatoria final.
Así viajó a Londres a buscar el campeonato ante el monarca Charlie Edwards, en una pelea que terminó en gran controversia, ya que Martínez golpeó a Edwards cuando éste ya estaba en la lona.
Julio César sorprendió con velocidad y potencia, conectó más de 30 golpes, y era inminente que la pelea terminaría; Edwards cayó a la lona y, estando hincado, Martínez conectó un fuerte golpe a las costillas. El réferi procedió a contar y Charlie no se levantó, por lo que se decretó la victoria por nocaut a favor del mexicano.
El CMB procedió entonces a la revisión de las acciones en los monitores de repetición instantánea, justo cuando se anunciaba y declaraba ganador a Martínez.
La repetición fue clara y contundente: el golpe final fue cuando estaba en la lona, y se aplicó el reglamento que daba justicia al caso, considerando todo lo sucedido.
La comisión de boxeo británica pedía que se descalificara al mexicano, quien solicitaba ser reconocido como ganador. La determinación que tomamos fue considerar ese golpe como un foul accidental y decretar un “no contest”; con ello Edwards mantuvo el campeonato y se ordenó una revancha directa.
Semanas después, Edwards abandonó el título por problemas de peso, y es así como se ordenó la pelea Martínez vs. Rosales.
Ambos conectaron potentes golpes, haciendo daño a su rival, y terminaron sangrados, pero el ataque incesante de Martínez llevo al réferi a detener el combate de manera atinada, decretando la victoria del nuevo campeón.
Es así como México cierra este 2019 con un nuevo monarca mundial que dará mucho de que hablar.
LLAMADO A LA CONCIENCIA
En la pelea estelar, Julio César Chávez Jr. tomó una decisión difícil y enfrentó a un púgil de élite, en vez de encarar a un rival más a modo, lo cual es muy común. Danny Jacobs, dos veces campeón mundial, fue el oponente para Chávez.
El público de Phoenix abarrotó la arena y el ambiente fue electrizante, Julio dio una muy buena pelea, la mejor que se le ha visto en muchos años, pero lamentablemente sufrió una terrible fractura en la nariz, la cual lo obligó a abandonar el combate. Chávez indicó que la lesión vino de un cabezazo y un codazo.
El público se enfureció y una terrible trifulca se activó en la arena; llovió de todo en el ring, la seguridad tuvo que intervenir para proteger a los peleadores hasta escoltarlos para ingresar a los vestidores.
La realidad es que Julio César Chávez Jr. fue dramáticamente lastimado, y definitivamente detener el combate fue una decisión acertada. No hay nada más importante que la seguridad de los contendientes. Los aficionados no tuvieron una explicación de lo sucedido y es por ello que se llegó a tal incidente.
Vivimos en un mundo donde la violencia predomina en todo. Las películas, los videojuegos, los noticieros; en fin, todo es violento.
Ojalá que el público en general entienda lo sucedido y cambie su juicio hacia Julito.
Julio César Chávez González fue un padre el viernes; no fue el campeón, el entrenador, el crítico, sino el papá que arropó a su hijo en ese difícil momento. Estuvo con Julito en el hospital, pegado a él, dándole animo y fuerza.
DESQUITE ESPERADO
Ayer se dio una pelea de revancha en California. Tony Harrison destronó a Jermell Charlo en una gran sorpresa al inicio del año, y anoche quedó claro quién es superior.
¿SABÍAS QUE…?
Durante muchos años existió una tradición en México, la función de boxeo de inicio de año. Cada 1º de enero se realizaba en muchas de las plazas importantes del país.
Don José recurrió a dicha tradición y organizó una función el 1 de enero de 1985, en una tardeada a beneficio de las víctimas de la explosión de San Juanico. En ella participaron Julio César Chávez, Héctor Macho Camacho y muchos más.
ANÉCDOTA DE HOY
En esa cartelera de inicio de año, mi papá me encargó atender al Macho Camacho después de su pelea, pues llegó a sentarse para ver el resto de los combates.
Existía una gran rivalidad de Camacho con JC Chávez, y esa era la pelea que el mundo quería ver.
Cuando El Macho llegó, se sentó en primera fila y yo estaba junto a él. La porra estaba caliente y le empezaron a gritar: “Que… su madre El Macho Camacho”, una y otra vez; entonces, Camacho se paró y le dijo a mi papá: “José, ¿qué dicen?, no entiendo”, y mi papá le contestó: “Campeón, lo están saludando y dando la bienvenida a México”…
Entonces El Macho se paró en su silla y comenzó a saludar sonriente a la multitud… ¡acto seguido, empezó a llover cerveza!
POR MAURICIO SULAIMÁN
PRESIDENTE DEL CMB