Por Mauricio Sulaiman
Hijo de Jose Sulaimán/Presidente del WBC
El mundo del deporte y el espectáculo es fascinante, es lo que apasiona a la humanidad semana tras semana, mes tras mes y año tras año. Así como el mundial de fútbol de la FIFA en Qatar nos mantiene a todos entretenidos, emocionados y con pasión al borde de cada partido, también los domingos es fútbol americano NFL y durante 162 largos partidos es la temporada de béisbol de la MLB y las ligas nacionales de fútbol de cada país más las peleas de boxeo o la Fórmula 1, los Oscar, los Grammy. Entretenimiento en obras de teatro y todo sobre conciertos de música en todo el mundo.
En definitiva, poder asistir y presenciar uno de estos eventos es toda una experiencia. Desde el que está justo al lado de las lámparas en el último asiento de la arena o el que está en la primera fila. El ambiente que se genera es la unión de emociones que brota del alma, generando momentos que se almacenan en el corazón con recuerdos y sentimientos inolvidables. Todos estos eventos que son presenciados por miles de personas en arenas y estadios y millones más por televisión o medios digitales se desarrollan como un evento que dura un tiempo determinado hasta que finaliza.
Como inician, la pasión se vive intensamente durante los eventos y al final de esto todos nos vamos a casa o apagamos la televisión y se acabó. Pero, ¿qué hay detrás de cada evento? Lo que pasa para que eso suceda y lo que pasa en los camerinos, en los pasillos, en los estacionamientos, en los camiones de producción, en fin, todo eso se llama BackStage.
El mundo del boxeo es fascinante detrás de escena. Primero, una vez anunciado un evento y para llegar al día del evento, todos los participantes tuvieron una intensa preparación para llegar al día de la pelea. El boxeador, evidentemente, es el que mayor preparación tiene, tanto física como mental y estratégicamente.
Ha pasado meses de sesiones agotadoras que se dividen en semanas, días y horas. Una rutina y disciplina incomparables para meterse en un combate que tiene una duración máxima de 48 minutos de acción (12 asaltos de 3 minutos más 1 minuto de descanso).
Levantarse antes del amanecer a las 4 o 5 de la mañana para correr, 2 o incluso 3 sesiones de entrenamiento en el gimnasio todos los días, dieta estricta, estudiar al oponente y considerar la estrategia a seguir y la soledad de estar lejos de la familia, amigos y el mundo durante un período prolongado de tiempo y la muy famosa e inexplicable práctica de la abstinencia sexual durante al menos un mes antes de la pelea.
Así mismo, los promotores preparan el evento con meses de anticipación, contratos con arena, plataforma de transmisión, patrocinadores, autoridades gubernamentales y permisos, organizaciones, logística de prensa, etc… Asimismo, cada uno de estos mencionados realiza su planeación para el día del evento.
Luego viene la semana de la pelea. Cientos de personas llegan a la sede final de todo el mundo.
Hay rueda de prensa final, gira de medios y entrevistas, encuentros con la producción televisiva, encuentros con la comisión de boxeo donde se desarrolla el combate, exámenes médicos, pruebas antidopaje, firma de autógrafos y actos promocionales en la ciudad, cenas, cócteles, distribución de boletos y credenciales, ensayos en la arena.
Reuniones de todo tipo, protocolo de seguridad, eventos de responsabilidad social, atención a VIPS, reunión de reglas, selección de guantes para el combate y finalmente el pesaje oficial. Al dar peso con éxito hay un cambio radical en todos, ya que la pelea ya es oficial.
Los rituales que tienen muchos de los luchadores encapsulan costumbres e incluso hábitos obsesivos. Están los que se ponen un rosario en los cordones de las botas, los que se levantan de un lado de la cama el día de la pelea, los que desayunan algo específico. Una increíble cantidad de cosas que solo la intimidad de su equipo sabe.
Luego deberán partir rumbo al ruedo, llegar y emprender el camino hacia los camerinos, instalarse y acomodar todo lo necesario para la preparación previa al combate.
El resto mesa, sillas, música, baldes, hielo, agua, el uniforme cubrebocas, toallas, vendas, el altar muy común, cinturón de campeón.
Hay quien mantiene un pequeño equipo limitado al entrenador, cutman y quizás un par más y hay quien tiene 50 o más personas en su vestuario; La familia, los sparrings, el nutricionista, el psicólogo, los amigos, los representantes, los abogados, esos séquitos de superestrellas.
Llega el Árbitro con los comisarios y se dan las instrucciones finales, se procede al procedimiento de vendaje y guante y estirar y calentar para estar listos para salir al ring.
De repente hay un momento único en cada vestuario, muchas veces se cae en un silencio sepulcral, otras tantas hacen una oración grupal.
Llega el momento de la despedida de la madre, esposa, hijos y se abre la puerta para caminar hacia el ring, al entrar al túnel todo cambia, se escuchan las luces, la música y el rugido de la multitud con la expectativa de ver el inicio de combate
El boxeador sube las escaleras, entra entre las cuerdas y finalmente ve a su oponente nuevamente en la esquina opuesta, mucha gente en el ring, el Árbitro los revisa, se cantan himnos, se hace la presentación oficial y de un segundo al otro el ring.
Queda vacío con solo el rival en la esquina de enfrente y el Árbitro para el toque de campana para el inicio de la pelea y cuando esto pasa y el público estalla en un estruendo ensordecedor, ahí es donde el evento que vengo preparando por meses comienza.
anécdota de hoy
Mi papá me llevó a una pelea muy importante: Oscar De La Hoya vs Macho Camacho, yo era novato en ese entonces, cuando entré al camerino de Macho me dijo “Hijo mío, ahora vas a hacer de supervisor, dale la vida formulario de seguro para que lo firme” Di un paso adelante y el peleador puertorriqueño me mira fijamente y me dice sal de aquí niño no me molestes! ¿No puedes ver en la preparación para luchar? , Don José se le acerca y le dice “Campeón, es mi hijo” Y Macho se detiene, me da un abrazo y se echa a reír a carcajadas: “¡No se puede bromear Don José!”
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