Por. Gabriel F. Cordero
Tras dieciséis años de vida del WBC Cares ha demostrado que su fundadora, Jill Diamond, se preocupa mucho por ayudar a los demás, especialmente a los niños que enfrentan enfermedades, pobreza o deserción y a WBC realmente le importa.
Campeones y otros voluntarios visitan hospitales, orfanatos y centros comunitarios con juguetes, abrazos y charlas de inspiración para los jóvenes.
Como dijo Charlie Hall en un video mostrado en la Convención del WBC en Tashkent, Uzbekistán: “Dios los bendiga a todos”. La propia Jill, en esta última Convención del WBC, dijo: “Hacemos una diferencia. Hacemos tanto con tan poco”.
“Es increíble cuánta gente maravillosa hay haciendo el bien. Ahora tenemos veintiséis capítulos en todo el mundo. Leemos cada correo electrónico. Te invitamos a unirte a nosotros”.
El presidente del WBC, Mauricio Sulaimán, dijo: “Todos los días hacemos algo, cambiamos una vida, aunque sea una sonrisa. Jill nos trajo fe. Ella nos ha inspirado a hacer muchas cosas que no creíamos que pudiéramos hacer. Merece la más alta distinción”.
La visita de la Convención de este año será para saludar a los huérfanos en el Comité Olímpico Nacional.