Por Mauricio Sulaimán
Hijo de José Sulaimán – Presidente del WBC
El programa “2021- El Año del Boxeo” ha comenzado y este fin de semana el Consejo Mundial de Boxeo celebró el 15º aniversario de uno de los eventos más importantes, significativos y fabulosos en la historia de nuestro deporte, “La Noche de los Campeones”.
Se llevó a cabo en Cancún en enero de 2006. Mi padre estaba decidido a tener una reunión de campeones para rendirles un gran y apropiado homenaje. Todo estaba listo y estaba a punto de ocurrir en noviembre de 2005, cuando el paso del huracán Wylma, buscó y obró para intervenir, devastando intencionalmente grandes segmentos de este destino paradisíaco. ¡La Madre Naturaleza en su forma más cruel!
Cancún fue devastado por el clima y herido de gravedad. Lo más fácil del mundo, hubiera sido cambiar de lugar y llevar el evento a cualquier otra ciudad o país que quisiera organizarlo. Don José fue inflexible e impávido. Seguiríamos adelante con Cancún y, al hacerlo, le mostraríamos claramente al mundo que había resistido lo peor que los elementos podían arrojarle. Y que estaba firmemente dispuesto a reconstruir.
La comunidad mundial del box se unió, reforzada con el apoyo de los promotores del box, los propios boxeadores y la comunidad de empresarios de la región. Todo estaba listo para que, a fines de enero de 2006, noventa y ocho campeones del mundo crearan una joya de la tormenta de la historia, de la cual muchas historias permanecen en la memoria colectiva, hasta el día de hoy.
Esta columna relata algunas de esas maravillosas historias que surgieron de esta festividad única, que comenzó con una gran cartelera de boxeo, ante una multitud agotada en la plaza de toros, en la que Jorge Arce, Jackie Nava y Rudy López defendieron sus campeonatos mundiales.
Un desfile de autos clásicos y descapotables por la franja hotelera, avanzando de manera señorial hacia la ciudad, luego un torneo de golf en Palace Resorts, firma de autógrafos en las calles de Playa del Carmen, cóctel de bienvenida con un talento espectacular noche, día en el playa y piscina, culminando con la cena de gala en Xcaret.
Una constelación de grandeza que surge de la genialidad y la firmeza, la roca, la sólida confianza. Que a pesar de todos los escombros estructurales y los escombros logísticos que superar, se podía hacer … ¡y se haría!
Mirando hacia atrás aún más en la historia con orgullo, Una noche legendaria para recordar, que involucra a Mantequilla Nápoles y John Stracey – El 6 de diciembre de 1975, John H. Stracey noqueó a la legendaria Mantequilla Nápoles en la Plaza de Toros, arrebatándole el campeonato mundial de peso welter del CMB. La última vez que se vieron fue en el ring.
Entonces… 31 años después, en el lobby del hotel Riu Palace, se vieron y corrieron de una esquina a otra de la cavernosa área de recepción de mármol, abrazándose en un abrazo fraterno por la eternidad. De la ferocidad combativa a la amistad fraterna. ¡El espíritu del boxeo en su máxima expresión!
Con Alacran Torres y Chatchai Chionoi sucedió algo similar, pues luego de la última de sus tres peleas, las cuales son recordadas por su pura grandeza intransigente, Chionoi llegó al Cóctel y al ver a su ex archienemigo desde el ring, corrió hacia él y se arrojó a sus pies abrazándolo. Se inclinó ante él arrodillado con las manos en la cara como lo hacen en Tailandia. Este encuentro y vínculo emocional único, que solo se puede formar a partir del código del modo guerrero más intenso, fue mucho más que emocional. Las lágrimas fluyeron copiosamente por todos los que lo presenciaron, porque se generó grandeza. Rivalidad, respeto y reverencia, que sobrepasa las palabras y trasciende el reflujo y el fluir de la vida cotidiana.
Chávez y “El Macho” Camacho – Esta fue una de las rivalidades más agudas, una batalla real anhelada durante más de 6 años que culminó en una majestuosa guerra de anillos, en la que el mexicano neutralizó la verbosa bravuconería del puertorriqueño, con un implacable embestida, durante esas extraordinarias doce rondas de persecución en 1993. Se reencuentran en Cancún, para sonreír, abrazar y reír, con toda la animosidad competitiva saciada.
Fue una de las fiestas más “Funtastic” que cualquiera pueda recordar. Genial, pasar un buen rato. El nivel de “fiesta” alcanzó tal crescendo, que Chávez llevó a Camacho a Culiacán, donde festejaron… ¡una semana más! Julio no duda en contar lo sucedido, hoy con 12 años de sobriedad, utiliza esa anécdota como parte de sus charlas de sensibilización contra las adicciones.
Puas Olivares y Alexis Argüello – Alexis, el mejor peleador de Nicaragua, le arrebató el campeonato mundial de peso pluma del CMB al ídolo del pueblo mexicano, al noquearlo en el asalto 14. Allí nació un gran, quitando la batuta del rey de el anillo. Recuerdo cómo pasaban más de cuatro horas sentados en el lobby del hotel hablando, en su propio mundo, sin siquiera volverse para ver, o notar a alguna de las decenas de campeones que paseaban por los vastos pasillos del majestuoso hotel.
La Plaza de Toros – Pepe Gómez fue el ingenioso impulsor de la tarjeta, ¡y qué espectacular fue! Nunca había habido una casa llena como aquella noche en la Plaza de Toros de Cancún. Mucha gente se apiñó y se congregó afuera. Todo el estadio estuvo repleto de presencia de campeones, promotores, oficiales y también asistentes a la Noche de Campeones. ¡Los fanáticos apreciaron sus boletos como polvo de oro! Fue la única vez en mi vida que vi a personas caminando con sus sillas plegables, tratando de encontrar un punto de vista.
La foto en la playa – Los campeones fueron convocados para estar en el área de la alberca para tomar una foto con el fondo del hermoso mar turquesa del Caribe mexicano. Lennox Lewis, Floyd Mayweather, Laila Ali, Holyfield, Chávez, Duran, Raton Macias, Ken Norton y decenas más estaban allí, listos para la toma, todos con su guante de Reyes. Una manifestación de magnificencia y unidad.
De repente escuchamos un clarín desde el balcón de una habitación muy, muy por encima. Era el Macho Camacho “¡Alto, me lo estoy perdiendo! ¡Aquí voy!” Inmediatamente después, nos maravillamos de cómo descendía el campeón, sorprendiendo a todos con su urgente vitalidad, hasta que con un salto y un brinco se posicionó en el epicentro de la foto. ¿Dónde más?
XCARET – Don King llegó, deambulando hacia la cueva donde se llevó a cabo la cena en XCARET, uniéndose a la tradición mística de los dioses mayas que celebraban el ritual tradicional con la danza del fuego, la ceremonia perfectamente coreografiada, para entretener a casi 100 campeones en sus mesas, en la atmósfera electrizante y los modales reservados para la clase guerrera.
Félix González Canto, el ex gobernador, acompañado del actual gobernador Carlos Joaquín González y Francisco Alor, inauguró oficialmente el evento y luego Don José procedió a llamar a los campeones al escenario para tomar la foto oficial.
Posteriormente, los premios se entregaron en grupos, que culminaron en la gran final, ya que era logísticamente imposible acomodar a 98 campeones en el extremo receptor simultáneamente. El amado un admirado, recientemente fallecido, el Dr. Alfonso Morales fue el maestro de ceremonia, y fue entonces cuando se tomaron una serie de fotografías memorables uniendo y felicitando a legendarios campeones de diferentes épocas.
Sabías…. La Noche de Campeones recibió el certificado Guinness como el evento donde se han congregado más campeones mundiales de cualquier deporte, y a partir de ese evento Cancún se convirtió en la milla cuadrada más importante para el CMB, celebrando múltiples eventos de relevancia mundial, como: Tres Convenciones Mundiales de ellos WBC, la primera Convención Mundial de Boxeo Femenino, el Segundo Congreso Médico Mundial, el único campeonato mundial de peso pesado en México, y decenas de carteleras de boxeo con la presencia de HBO, Showtime, ESPN, FOX, TV Azteca, Televisa, etc… .
Anécdota de hoy:
Los días pasados en Cancún fueron intensos en la celebración de esta maravilla. Mi padre, que lo creó, se apegó a él y lo presidió, cada paso del camino, estaba exhausto, después de transformar el desastre del huracán en la brillantez del triunfo. Nos quedamos un día más para poder despedirnos y agradecer sinceramente a los anfitriones, así como a todos y cada uno de los visitantes que partían. Luego, aprovechar también un oasis de profunda, serena tranquilidad que desciende, al mirar y contemplar un mar en calma en silencio, escuchando el susurro de las olas.
“Qué increíble fue todo, fue tan supremamente genial Don José”, le dije, y él respondió:
“Mijito, México es el mejor país del mundo. La hospitalidad tradicional mexicana logra poner una sonrisa tentadora e irresistible en el rostro de todos nosotros. Visitaron y era nuestra obligación anclar el evento aquí. Ahora más que nunca, lo más importante y fundamental, es actuar y actuar con decisión cuando realmente se te necesita, en la hora de mayor necesidad. Este evento nunca se había realizado antes y quizás … nunca se volverá a realizar ”.
Agradezco sus comentarios en [email protected]