Por Mauricio Sulaimán / Hijo de José Sulaimán / Presidente del WBC
¿Es bueno ver a personalidades subirse al ring? ¡Claro que sí! Pero es importante tomar diversas medidas para que sea un rotundo éxito.
El boxeo es el deporte más antiguo de la historia. Todo empezó por obtener el poder y la supremacía desde la época de las cavernas, y así evolucionó para encontrar rastros de esta disciplina en toda la evolución de la humanidad. Mi amigo comisionado de boxeo de California, me confirmó que es uno de los pocos deportes mencionados en la Biblia, y acá están las citas:
1 Corintios 9:26: “Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire”.
2 Samuel 2:14: “Entonces Abner dijo a Joab: ‘Que se levanten ahora los jóvenes y compitan delante de nosotros’. Y Joab respondió: ‘Que se levanten’”.
Salmos 3:7: “¡Levántate, Señor! ¡Sálvame, Dios mío!, porque tú hieres a mis enemigos en la mejilla, rompes los dientes de los impíos”.
Ezequiel 25:12-13: “Así dice el Señor Dios: ‘Por cuanto Edom ha obrado vengativamente contra la casa de Judá, ha incurrido en grave culpa y se ha vengado de ellos’; por tanto, así dice el Señor Dios: ‘Yo extenderé también mi mano contra Edom y cortaré de ella hombre y animales y la dejaré en ruinas; desde Temán hasta Dedán caerán…’”.
Nuestro deporte ha sido practicado por grandes personalidades de la historia: Nelson Mandela, el papa Juan Pablo II, el presidente Adolfo López Mateos, Cantinflas, e inclusive el actual primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Es un deporte que genera grandes emociones; apasiona y motiva a querer ser algún día el que está arriba del cuadrilátero generando esas historias.
Rocky es un personaje que el gran Sylvester Stallone creó y llevó a millones de personas a seguir esta disciplina, a tomar huevos crudos en la madrugada, y salir a correr por las calles a entrenar boxeo…
Hay una gran cantidad de personalidades que han intentado subir formalmente al cuadrilátero y han tenido peleas amateur, exhibiciones y hasta profesionales.
El jonronero de beisbol, José Canseco tuvo algunos combates; Shaquille O’Neal dio una exhibición con Shane Mosley; el cantante Donny Osmond también lo intentó; Ryan O’Neal, gran apasionado del boxeo, produjo películas de este tema y decidió también intentar pelear, y el actor de Hollywood, Mickey Rourke, celebró varios combates profesionales, inclusive llegando a ser la pelea principal en Japón. El mejor de todos fue el gigantón liniero defensivo de los Vaqueros de Dallas, Ed Too Tall Jones, quien ganó seis combates profesionales, todos por KO.
El día de hoy esto se ha convertido en un fenómeno que parece incontrolable. Todo empezó hace tres años, cuando en Inglaterra se anunció una pelea de boxeo amateur entre dos influencers: KSI de Inglaterra se enfrentó a Logan Paul, generando un lleno espectacular en un evento mal organizado, pero que contó con un público inusual; familias enteras llenaron la arena y la contienda resultó en empate.
Un año después se dio la revancha, pero ya fue pelea profesional, y llenaron el Staples Center de Los Ángeles; ahí ganó KSI. El hermano de Logan, Jake Paul, también peleó, y así dio inicio la ejemplar dedicación de ambos al boxeo. Entrenan incansablemente, tienen pasión y lo hacen bien. Jake ha sostenido dos combates más, noqueando espectacularmente a sus rivales; uno, un exjugador de la NBA, y el otro un exluchador y peleador de MMA.
Logan estará enfrentando a Floyd Mayweather en junio; será una exhibición y está generando ruido alrededor del mundo.
¿Es bueno para el boxeo ver a personalidades subirse al ring? ¡CLARO QUE SÍ! Esto está llevando a millones de aficionados a ver este deporte, siempre y cuando se tengan los cuidados absolutos por las comisiones donde se celebran las peleas, que existan exámenes médicos rigurosos, pruebas antidoping y una valoración previa para verificar que el combate sea equilibrado, así como contar con un réferi calificado y listo para actuar en caso de que sea necesario.
Ahora campeones legendarios están anunciando exhibiciones y peleas; eso, en mi opinión, es de mayor cuidado. El boxeo no es un juego, y para sostener un combate después de años de retiro, requiere que muchos factores se alineen.
Holyfield estará peleando a sus 58 años contra Kevin McBride, de 47; ambos tienen más de 10 años de no subirse a un ring. Oscar de la Hoya estará también peleando contra un peleador de MMA, y varios excampeones han anunciado ya exhibiciones.
Julio César Chávez y Travieso Arce pusieron el ejemplo de cómo sí hacer una exhibición. Deben ser con careta, con guantes de 16 o 18 onzas, no más de tres rounds y con motivos altruistas. Se han subido a dar gran espectáculo, a entretener al público, y con respeto y admiración a su rival.
Esperemos que esta tendencia a los combates de personalidades y peleas de campeones legendarios no lleguen a tener consecuencias y que sí sean eventos bien organizados y cuidados al máximo.
¿SABÍAS QUE…?
Mike Tyson regresó al ring a dar una exhibición con Roy Jones Jr., durante los momentos más difíciles de la pandemia; eso llevó a millones de personas a ver el espectáculo, generando un espectáculo dentro de los 10 más importantes de venta de pago por evento en la historia. Tyson dio una gran demostración e hizo vibrar al mundo.
Anécdota de hoy
Mi papá sufrió en muchas ocasiones al ver a grandes ídolos del pasado regresar una y otra vez al ring por necesidad económica o por ese deseo de mantenerse populares, al extrañar los aplausos del público. Vio cómo Sugar Ray Robinson, Muhammad Ali y tantos más fueron humillados, al subirse cuando ya no deberían hacerlo.
Una de las noches tristes fue aquella cuando El Púas Olivares anunció su despedida del ring, una de muchas que ya había realizado; ante una Arena México llena, subió con mariachis a enfrentar a un novatito: Ignacio Madrid. El Púas cayó a la lona nueve veces y perdió por KO, en uno de los espectáculos más vergonzosos del boxeo…
“El boxeador no tolera ver que sea alguien más quien recibe los aplausos; entra en una gran depresión que no le permite vivir tranquilo, y lo peor de todo es que muchas veces el dinero se fue y, junto con él, todos los amigos falsos que disfrutaron de los frutos de los años de gloria”.
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