Por Jeff Zimmerman en el ringside
En una revancha de su pelea de 2017, René Alvarado (32-9, 21 KOs) de Managua, Nicaragua se enfrentó una vez más a Richard Gutiérrez (25-3-1, 20 KOs), de Maracaibo, Venezuela, una primera pelea que Alvarado ganó por nocaut. Gutiérrez, sin embargo, estuvo más que preparado para el desafío esta vez cuando tambaleó a Alvarado en el primer round y luego lo derribó dos veces en el tercer round con un aluvión de golpes y nuevamente en la duodécima ronda para ganar una decisión unánime 113-112 en las tres tarjetas de puntuación. La caída en el duodécimo resultó ser la diferencia entre ganar y perder para Gutiérrez, quien se lleva a casa el título súper pluma de la AMB con la victoria de revancha contra Alvarado.
Gutiérrez salió fuerte y llevó la pelea directamente a Alvarado, quien mostró el corazón de campeonato para sobrevivir a esas primeras rondas. En el cuarto asalto, Alvarado estaba completamente recuperado y tenía a Gutiérrez controlado aterrizando sus combinaciones. Antes de la sexta ronda, Gutiérrez tuvo que lidiar con un corte en el ojo izquierdo que fue revisado por el médico y se le permitió continuar. Desde el séptimo hasta el undécimo, la acción se ralentizó para ambos luchadores, aunque Alvarado fue el agresor. Luego vino el duodécimo asalto, cuando Gutiérrez anotó la caída final que aseguró su victoria al convertirse en el campeón súper pluma de la AMB.
Para Alvarado, que ha estado peleando desde 2008, esta fue una derrota difícil, ya que ha estado en el ring con algunos de los mejores de esta generación, incluidos Rocky Juarez, Yuriorkis Gamboa y Joseph Diaz. Se vengó de una derrota ante Andrew Cancio en 2015 y luego lo derrotó en una gran sorpresa en 2019 para ganar el cinturón en un baño de sangre. Quizás veamos una trilogía entre él y Gutiérrez. Alvarado no pudo devolver el título a Nicaragua como lo hizo su hermano Félix justo antes que él.