Por Mauricio Sulaimán / Hijo de José Sulaimán / Presidente del WBC
El Consejo Mundial de Boxeo invariablemente apoya cualquier situación que sea benéfica para los boxeadores; ya sea nuevas empresas promotoras, plataformas que transmitan, torneos extraordinarios, compañías patrocinadoras, etc… Parte de nuestra labor como organismo regulador de este deporte también es promover y ofrecer nuestra plataforma para apoyar dichas iniciativas.
El WBC trabajó intensamente para lograr el muy exitoso torneo Cinturón de Oro, bajo la promoción de Multivisión durante 20 años, formando 14 campeones mundiales. También se trabaja mano a mano con Fundación Telmex Telcel para llevar el exitosísimo programa Ring Telmex, que ha generado 19 campeones, y otro ejemplo es el trabajo con la Conade para apoyar el torneo nacional amateur de los Juegos Populares, y así una infinidad de asuntos a nivel mundial.
Actualmente estamos viviendo una tendencia de funciones de boxeo con una gran variedad de elementos. Eventos de influencers, participación de atletas de otros deportes arriba del ring, como los peleadores de artes marciales mixtas, y boxeadores retirados regresando al encordado.
Este fenómeno no es nuevo, ha sucedido en el pasado, pero de manera esporádica, como eventos únicos e independientes; vimos a Muhammad Ali “pelear” contra el luchador japonés Inoki, quien jamás se paró de la lona y lo tundió a patadas; también al pelotero José Canseco, quien subió al ring para recibir una paliza. Too Tall Jones, de los Vaqueros de Dallas, realizó seis peleas profesionales ganando todas, y Mickey Rourke, quien peleaba en Japón volviendo locas a sus fans, por ser un famoso galán de Hollywood.
La actual tendencia no es algo esporádico, ya salió por diversos frentes y amenaza con quedarse y ser algo continuo; obviamente todo basado en el dinero que está generando. Todo empezó durante la pandemia. El mundo paró, no hubo eventos deportivos durante varios meses y el encierro nos llevó a un cambio mental, por lo que, llenos de nostalgia, nos pusimos a hacer cosas en casa que extrañábamos y nos daban pasión y placer en la vida.
Mike Tyson regresó a entrenar boxeo; así venció su terrible depresión y sobrepeso, al entrenar un par de meses, y al subir un video de tan sólo seis segundos en sus redes sociales, el mundo empezó a soñar e imaginar lo que sería ver al temible noqueador de regreso en el ring.
Miguel, como lo llamo yo de cariño, comenzó a organizar un evento con características específicas; sería una exhibición con careta, guantes de 16 onzas y a tres rounds, inspirado en los eventos que vio montados por Julio César Chávez y El Travieso Arce; exhibiciones para entretener al público, para dar felicidad a la sociedad y, muy importante, con fines benéficos…
Finalmente, Tyson cayó en la tentación del dinero y cedió su evento a una empresa llamada Triller, quien tomó el mando y se encargó de organizarlo en su totalidad. Salieron a buscar al rival, que finalmente fue Roy Jones; sumaron al muy popular influencer Jake Paul, quien en verdad ya tenía tres años boxeando y se enfrentó a una leyenda del basquetbol, y algunas peleas oficiales entre púgiles. Se realizó en el Staples Center, sin público, y se complementó con actos musicales, destacando Snoop Dog, quien se fumó un cigarro de marihuana del tamaño del puro más grande que se pueda imaginar, y así olía todo el escenario…
Tyson dio una maravillosa exhibición; ambos entendieron que se trataba de entretener y en ningún momento lastimar a su oponente. El evento fue un éxito absoluto, vendió 1.6 millones de hogares en pago por evento y ahí fue donde se les abrieron los ojos a muchos más.
Hoy están los hermanos Paul, así como influencers de diversos países tratando de hacer sus eventos; igualmente promotores y televisoras de boxeo buscando cómo entrar a esta nueva dinámica, pero lo más importante que debemos destacar es que boxeadores retirados están buscando volver a subir al ring.
Lo que sucedió el pasado sábado fue una bendición; gracias a Dios no hubo alguna lesión grave. Tito Ortiz cayó fulminado en menos de un minuto, en un nocaut aparatoso que pudo ser lesión mortal, y el gran campeón legendario Evander Holyfield fue avergonzado, en tan sólo 90 segundos, por un rival retirado de artes marciales mixtas.
No me interesa analizar a Holyfield y lo que sucedió; es una bendición que todo el mundo haya visto la realidad. No se puede jugar al boxeo. Los exboxeadores no deben regresar al ring a pelear. Las exhibiciones son aceptables, pues son con medidas importantes de seguridad, pero pelear sin careta y competitivamente no puede suceder.
Muchos de los grandes de la historia se fueron del ring con penosas peleas de despedida, cuando el tiempo se llevó las virtudes físicas que ya no regresan… Joe Louis cayó noqueado por Marciano, Ali por Holmes, Leonard por Camacho, El Púas por el desconocido Nacho Madrid, Chávez por Grover Wiley; así ellos cerraron su capítulo en la vida de boxeador y siguieron adelante.
Lo de hoy es diferente. Holyfield no había peleado en una década y a sus 58 años cometió un acto terrible contra su vida y contra la honorabilidad del deporte que le dio todo. Oscar de la Hoya iba a pelear, tras 12 años fuera del ring, pero le llegó una señal del cielo al contraer COVID-19 y tener que cancelarla; Riddick Bowe dice que quiere pelear, y así los tiburones del negocio andan lanzando ofertas a peleadores legendarios para usarlos, darles cacahuates y ganar millonadas.
Esto necesita orden de alguna manera, pero el poder del dinero y los pocos escrúpulos de algunos pueden más que la voluntad y la seguridad. Holyfield ahora podrá ser una vez más el gran líder, para buscar ayudar a sus compañeros a que no pasen por una situación así.
¿SABÍAS QUE…?
Estuve en un show muy popular en la TV de Estados Unidos, similar a 100 mexicanos dijeron.
Era WBC vs UFC. En mi equipo estaban Holyfield, Bowe, Shawn Porter y Ryan García. La pasamos fenomenal y ganamos 527 a 28… Lo curioso fue que a Bowe le tuvieron que poner un banco, pues no aguantaba estar parado mucho tiempo y camina con gran dificultad; ese es el personaje que están tratando de subir al ring…
Anécdota de hoy
Estaba mi papá en casa cuando fue informado que el ídolo mexicano Rubén Púas Olivares pelearía en función de despedida en la Arena México. Lo llamó y le suplicó no hacerlo… “Perdóneme Don Pepe, necesito la lana y me van a pagar muy bien; además voy con un chamaquito novato, no se preocupe, soy El Púas”, le dijo.
El público abarrotó el recinto para despedir al gran ídolo, quien subió al ring contra Ignacio Madrid. Olivares cayó a la lona siete veces en dos rounds, hasta que el réferi se apiadó de su ídolo y paró la pelea.
La afición lloraba y gritaba, el joven Madrid nunca fue perdonado y jamás sobresalió en el boxeo.
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