Por David Robinett en el ringside

En una actuación deslumbrante, el prospecto de peso welter de 21 años Vergil Ortiz, Jr. (13-0, 13 KOs), dio un gran paso hacia la graduación al estado de contendiente, casi decapitando al experiemntado normalmente duradero Mauricio Herrera (24-9, 7 KOs) ) y ganando una detención a los 29 segundos del tercer round de una pelea programada a diez rounds en el T-Mobile Arena en Las Vegas.

La pelea comenzó muy lentamente, con ambos peleadores sintiéndose el uno al otro durante los primeros cinco minutos, Herrera comprensiblemente muy cauteloso, lanzando algunos golpes vacilantes mientras Ortiz hizo aún menos, tomándose su tiempo para evaluar a su oponente. La pelea cambio repentinamente en el último minuto del segundo round, cuando Ortiz, con una gran mano derecha, sacudió a Herrera y comenzó una ráfaga que terminó con Herrera en la loba momentos antes de que terminara el round.

Herrera, un ex campeón interino súper ligero de la AMB que nunca antes había sido noqueado antes, pareció recuperarse para el tercer rounds, pero luego de haber perdido a su oponente, Ortiz se dio cuenta de que Herrera no era rival para él y procedió a brutalizar a Herrera durante los pocos segundos restantes.  Ortiz acechó a Herrera, lanzando algunos golpes grandes antes de que terminara, un gran gancho derecho en la mandíbula que separaba a Herrera de sus sentidos, no dejándolo inconsciente, sino que dejaba caer a Herrera instantáneamente sobre la lona en un montón arrugado. El árbitro Russell Mora no se molestó en contar, ya que el rincón de Herrera corrió hacia su boxeador para prestar atención. El final violento, junto con la sólida reputación de Herrera como un boxeador resistente, probablemente arrastra a Ortiz a la conversación como uno de los mejores boxeadores de la división.